6 oct 2014

Problemática Actual de la Administración


Un segundo método de aproximación descriptiva toma su punto de partida en los problemas de decisión a los que hacen frente los dirigentes. Bajo este aspecto, la administración es considerada como el conjunto de los procesos puestos en acción para descubrir, analizar y resolver los problemas concretos. Como estos problemas forman la materia prima o el substrato de la actividad de los dirigentes, se plantea la pregunta de saber si se podría inferir de su observación atenta, o de su examen, consideraciones sobre la propia naturaleza de la administración.
Si consideramos desde fuera los problemas de administración, comprobamos de una vez la infinita multiplicidad de las situaciones de las que emanan y su inmensa variedad. Es evidentemente lícito, y bastante natural de buenas a primeras, querer efectuar una clasificación de estos problemas, con el fin de reducir su aparente diversidad y percibir mejor sus diferentes contenidos.
Por ejemplo, se podrán referir los problemas de decisión a los órganos a las funciones de la empresa, de forma que se separen los problemas de producción, venta, financieros, etc. Esta primera clasificación corresponde, en general, al organigrama de la empresa, a su división en unidades y subunidades, o bien a las diversas tecnologías que pone en acción. Del mismo modo, se podrán repartir los problemas en varias clases distintas, según la extensión del horizonte temporal al que se refieren. Así es como distinguiremos los problemas a corto, medio y largo plazo.
Clasificaciones de esta clase presentan una utilidad incuestionable, en la medida en que permiten una ordenación de los problemas sobre la base de sus datos técnicos, pero conservan, sin embargo, un carácter esencialmente provisional y formal.
Cualquiera que sea, en efecto, la clase en la que puedan incluirse los problemas, todo intento de captar uno de ellos en su realidad integral parece traducible tan solo a términos concretos, indefinidamente complejos y detallados. Estas clases no las abarcan nunca por completo y no permiten su análisis ni su resolución por separado.
Es fácil, por el contrario, e incluso trivial, mostrar la interdependencia entre los órganos y entre las funciones de la empresa, o la interacción entre el corto y largo plazo, así como las numerosas relaciones que unen las decisiones entre sí.
El examen más profundo de los problemas, lejos de hacerlos aparecer con los simples o reducibles a una clase determinada, revela ante todo la complejidad y la densidad de las relaciones de las relaciones de interdependencia que caracterizan el contenido de cada uno de ellos. Una descomposición de los problemas en sus diversos elementos, humano, técnico, económico u otros, pone en evidencia toda una red de conexiones entre factores extremadamente numerosos y que, además, son variables. Hace resaltar la diversidad de los puntos de vista y de los criterios que pueden hacerse valer a propósito de cada problema.
Por tanto, a partir del examen y la descripción de los términos particulares de un problema, o incluso de diversas clase de problemas, no se podrá autorizar el reconocimiento de la existencia de una disciplina de la administración que poseyera su propio objeto, ni hacer deducciones valederas en cuanto a la noción o en cuanto al proceso de la dirección de las empresas. Llegaremos a preguntarnos, en primer lugar, si lo esencial en el campo de la administración no es precisamente lo singular.
De esta primera aproximación de los problemas se esbozan, no obstante, dos conclusiones importantes, que va a ayudar a aclarar el sentido del concepto de problema en administración. Existe, en primer lugar, el hecho de un gran número de factores variables intervienen y se mezclan, en múltiples complicaciones, en cada situación individual, lo que hace poco exacta su determinación y poco rígida su articulación. De esto se deduce que las relaciones entre estas variables no se acomodan verosímilmente a modelos fijos, y que el coeficiente de correlación entre ellas es muy débil. Este estado de cosas introduce en administración una cantidad apreciable de incertidumbre, en la medida en que quiera resolver los problemas de una manera rigurosamente científica. Después, cada situación concreta, cada problema de decisión, deja abierta varias alternativas a la acción.
En tales condiciones, son difíciles de concebir y aplicar reglas generales. La propia complejidad de las situaciones requiere de los dirigentes cierta actitud práctica, e incluso empírica o humana, frente a los problemas. Exige, más bien, cierta capacidad personal para abordar, tratar los problemas, que el recurso a principios de acción, si los hay, o a técnicas de gestión.
Deberá tener especialmente cuidado en evitar que la puesta en acción de las técnicas de gestión no desemboque, en realidad, en disimular la verdadera naturaleza de los problemas y su complejidad interna. En una palabra la administración de las empresas supone el dirigente, además de los conocimientos, de las informaciones o de los medios disponibles una manera de situar los problemas y tratarlos en su conjunto.
Por el contrario, si pasamos del plano a la descripción del contenido de los problemas o de su clasificación, al de su análisis, podremos inferir ciertas conclusiones de su naturaleza general. El análisis de gran número de situaciones vividas o el estudio crítico de las soluciones aportadas a problemas concretos, permiten sin duda alguna, penetrar en su propia realidad. Puede apoyarse, por otra parte, en modelos (especialmente de comportamiento o de gestión), pero se sirve de ellos únicamente para alcanzar, a través de las representaciones abstractas que los mismos constituyen, la realidad singular y compleja de las situaciones de empresa.
De esta forma, el análisis inductivo podrá no solo explorar la problemática de la administración y de las ramas especiales de la gestión, sino que podrá, sobre todo, obtener de una multitud de casos los rasgos comunes a la materia estudiada, las constantes de la actividad directiva, los procesos de decisión y de acción o la gestión intelectual de los dirigentes confrontados a los problemas de administración.

Se adivina desde entonces el interés que presenta esta clase de análisis, sobre todo si se apoya en su principio en una concepción teórica de la administración que ella misma contribuye a explicar. Así mismo, se presenta cuando una teoría de la administración, en su sentido inverso, puede enriquecerse a medida que se multiplican las enseñanzas obtenidas del análisis de los problemas concretos.

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